En la antigüedad consideraron al olivo un árbol sagrado. Obtuvieron
de él alimento y aceite que es la esencia de su fruto. La historia del jabón de
aceite de oliva se pierde en el tiempo, aunque se sabe que los musulmanes ya
fabricaban jabones con aceite de oliva introduciendo esta costumbre en la
península ibérica; se desarrollo el famoso Jabón de Castilla (aceite de oliva,
agua y sosa).
El jabón natural es suave para la piel y es fácilmente
biodegradable. El aceite de oliva aporta propiedades hidratantes, tonificantes y protectoras. Cuanto más puro sea el aceite de oliva mejores serán los
resultados. Los productos con aceite de oliva virgen pueden parecer un poco
caros pero a la larga los beneficios son innumerables.
Elaborados de forma tradicional, en proceso en frío y
respetando los ingredientes y tiempos, sin añadir químicos ni aditivos, para
que el jabón contenga todas sus propiedades. Conserva los antioxidantes
naturales y vitaminas que contribuyen a mantener la hidratación de la piel y
favorecer la conservación de la membrana celular.
Este jabón es para todo tipo de piel y personas. Limpia pero
no daña. En contacto con el agua, este jabón hace una crema (no espuma) muy
agradable al tacto que aporta todos los beneficios a la piel.
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