sábado, 8 de marzo de 2014

Jabón de lavanda.

En aromáterapia es muy conocida la historia del Dr. Gattefossé, uno de los fundadores de esa ciencia. Estando en su laboratorio, se quemo en el brazo. A la herida le aplico aceite esencial puro de lavanda y curó con prontitud excepcional y sin cicatriz alguna. Como químico se dio cuenta de las propiedades curativas y antisépticas de este aceite y que eran superiores a cualquiera de los equivalentes sintéticos de los que disponía. Su colega francés Dr. Valnet contribuyó a la investigación, en la Segunda Guerra Mundial utilizó este aceite al escasear los suministros de medicinas y observo que ayudaron al restablecimiento de gran número de heridos.


La lavanda tiene una fragancia calmante y natural, cuyas propiedades son aprovechadas como relajante natural, es eficaz en caso de ansiedad, irritabilidad, insomnio, taquicardias y migrañas. Además, por su acción calmante, antiséptica y cicatrizante, el jabón de lavanda se usa para tratar dolores reumáticos, infecciones cutáneas, heridas, picaduras de insectos, etc.




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