En aromáterapia es muy conocida la historia del Dr.
Gattefossé, uno de los fundadores de esa ciencia. Estando en su laboratorio, se
quemo en el brazo. A la herida le aplico aceite esencial puro de lavanda y curó
con prontitud excepcional y sin cicatriz alguna. Como químico se dio cuenta de
las propiedades curativas y antisépticas de este aceite y que eran superiores a
cualquiera de los equivalentes sintéticos de los que disponía. Su colega
francés Dr. Valnet contribuyó a la investigación, en la Segunda Guerra Mundial
utilizó este aceite al escasear los suministros de medicinas y observo que ayudaron
al restablecimiento de gran número de heridos.
La lavanda tiene una fragancia calmante y natural, cuyas propiedades son aprovechadas como relajante natural, es eficaz en
caso de ansiedad, irritabilidad, insomnio, taquicardias y migrañas. Además, por
su acción calmante, antiséptica y cicatrizante, el jabón de lavanda se usa para
tratar dolores reumáticos, infecciones cutáneas, heridas, picaduras de
insectos, etc.
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