La luffa es una planta de origen asiático y de sus frutos podemos
obtener esponjas naturales. Sus tallos son trepadores y pueden alcanzar más de
4 metros. A los 2 meses de sus plantación florecen unas flores grandes y
amarillas y sobre los 6 meses sus frutos que suelen medir unos 30 cm. En el
interior de estos se forma una densa red de fibras vegetales que forman un cilindro
hueco, que una vez seco dará lugar a la carcasa que se utilizará como esponja. En Asia y África se comen estos frutos en
ensaladas, sin embargo en Europa se utilizan para la realización de estropajos
y sobre todo para la creación de esponjas exfoliantes, pues son de alta calidad
y brindan muy buenos resultados dermatológicos.
Luffa con flores y frutos |
Se diferencia de la esponja sintética tradicional en que la
luffa estimula la circulación de manera natural. Las esponjas vegetales son más
duraderas, estimulan la circulación, exfolian y eliminan las células muertas,
además de prevenir y combatir la celulitis.
A pesar de su aspecto rugoso se ablandan al entrar en
contacto con el agua creando un tacto agradable al rozar nuestra piel y
haciéndolas aptas incluso para las pieles sensibles.
Esponja vegetal |
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